top of page

Esta historia comienza con una casa en llamas.

Como ocurre siempre siempre, después de los rojos, naranjas, verdes, amarillos, aparece el humo.

Asfixia.

(Mascarilla, por favor)

Vienen las cenizas con unos grises cromáticos tan difíciles de separar que cuesta ver a qué color tienden. Cuando se desvanecen vemos un camino. Lo seguimos. A veces no se acierta a la primera, por eso siempre siempre hay un segundo camino. Esta historia termina con una casa azul, como fue aquella primera.

bottom of page